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Bienvenidxs todxs a mi mundo. Un mundo repleto de intereses e inquietudes, que abarcan temas muy diversos.
Aquí, iré compartiendo materiales, escribiendo emociones, e inmortalizando experiencias. Como veis, un poco de todo.
Todo, absolutamente todo, lo que aparezca en este pedacito de mí, será muy especial. Tanto, como sus protagonistas.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

¿De quién es tu vida?

¡Hola, hola caracola!

Hoy voy a contaros un cuento (a lo Bucay).



"Érase una vez, en un país más cercano que lejano, una pequeña topa súper valiente que aprendió a cavar ella misma su propia madriguera al poco de nacer.
¿Por qué lo hizo sola y al poco de nacer? Bueno, unos dicen que es porque era demasiado valiente, otras dicen que su papá y su mamá no le hacían mucho caso... 

La cuestión es que poco a poco fue cavando su propia madriguera teniendo como únicas herramientas: sus patitas, su sudor y las indicaciones de los seres con los que se iba encontrando para cavar en la dirección correcta.

Pasaron los días, las semanas, los meses e incluso los años (¡sí, también pasaron años!) y nuestra pequeña topa (que ya no era tan pequeña) seguía cavando en la dirección en la que el resto de animales le indicaban. 

Un día X, cuando las fuerzas habían huido y los seres que le habían ido guiando se habían esfumado, se preguntó porqué en todo ese tiempo nunca había visto la luz del todo, porqué no había sentido el sol que tanto le gustaba cuando era bien pequeña. Así descubrió que todo ese tiempo había cavado en dirección contraria, hacia el centro de la Tierra.

Tras su descubrimiento y después de pensar, pensar y requetepensar, llegó a una conclusión que le sirvió el resto de su vida:

«Nunca dejes en un segundo plano lo que tú pienses, sientas o desees. Tu vida es tuya y nadie es quién para decidir en qué dirección tienes que cavar en la vida. 
Primero eres , después eres y al final eres .»"



Espero que con este cuento haya ayudado a alguien (con una persona me conformo; e incluso con media) a recordar por un momento algo que se nos olvida muy a menudo.

Y, para acabar la entrada de hoy, cuelgo esta maravillosa canción que sonó el día de mi despedida en el CPEE Alborada por todos sus altavoces. El día 21 os vuelvo a ver peques. Os quiero.



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